El edificio de la antigua estación de ferrocarriles de Salamanca es un modelo arquitectónico simple construido en madera que se traía de lastre en los barcos salitreros que salían a Europa a fines del siglo XIX y con revestimiento en tinglado, constituyendo una de las tipologías características de las estaciones de ferrocarriles del siglo XIX. Gran parte de la historia de Salamanca transcurrida en el siglo XX se desarrolló en torno a esta antigua estación. El desarrollo del comercio encuentra su motor principal en el ferrocarril de trocha angosta que hoy conserva su único vestigio en esta estación. El 31 de octubre de 1888, bajo el gobierno de don José Manuel Balmaceda, se aprobó el contrato con Newton B. Lord para la construcción de los ferrocarriles de Huasco a Freirina y Vallenar; de Ovalle a San Marco y de Los Vilos a Illapel y Salamanca. Este contrato fracasó y el gobierno tuvo que hacerse cargo de la construcción de las vías ferroviarias y de las estaciones mencionadas, siendo la estación de Salamanca terminada solo en 1913 bajo el gobierno de Ramón Barros Luco.
Declarada como monumento histórico en el año 2004, la ex estación de ferrocarriles de Salamanca era hasta inicios del siglo XXI un mero recuerdo del extinto pasado ferroviario de la Región de Coquimbo. A partir del año 2010, el recinto y sus alrededores se convirtieron en un atractivo sitio para la comunidad, tras la apertura del nuevo Parque Cultural Estación, un proyecto de la municipalidad que fue desarrollado y financiado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, que aprovechó la antigua construcción para dotar a la ciudad de variadas instalaciones culturales y recreativas.
En su construcción original el parque dispuso de 5.600 metros cuadrados de terreno, de los cuales 2.000 se destinaron a áreas verdes y obras de paisajismo. En el sector oriente se edificó un anfiteatro con galerías a base de hormigón armado a un costado de un Centro Cultural construido previamente.
Al poniente se organizó un paseo, con pérgolas y senderos de conexión entre las distintas secciones del parque. Las áreas norte y sur se conectan a través de una pasarela de hormigón que atraviesa el césped. Por último, se restauró la explanada de la ex estación y se instaló en ella un antiguo vagón de tren, montado sobre una breve línea férrea que termina su recorrido en las puertas de la Casa Estación.
También se instaló diverso mobiliario urbano y se forestó el área con una selección de árboles, arbustos, flores y enredaderas adaptadas al clima y el suelo local, con predominio de especies nativas, entre las que destacan pata de vaca, palma chilena, jacarandá, pimiento, colliguay, verónica, lavanda, menta árbol, margarita azul, dimorphoteca, verbena, entre otras.
Al día de hoy han pasado 18 años desde la restauración de la Casa Estación, 17 años desde la declaratoria de monumento histórico y 11 años desde la construcción del Parque Cultural Estación que pone en valor la importancia que tuvo el tren en el desarrollo de nuestra ciudad.
Actualmente se busca poner en valor nuevamente este espacio que fue pensado para el desarrollo artístico y cultural de la comunidad con actividades como ferias de artesanos, encuentros musicales de bandas, jornadas familiares, teatro y cine al aire libre y mucho más.